La vida es ese camino por el que llevo 32 años arrastrándome. Hace poco alguien me pregunto que cambiaria de mi vida, no supe que responder, pero ya tengo respuesta. Ha decir verdad la pregunta debería ser al revés, en lugar de que cambiaria yo me preguntaría con que me quedaría. Y la verdad es que de todo lo que tengo en mi vida, de todo lo que hice, solo me quedo con unos pocos amigos. Y a la mayoría les tengo lejos.
No estoy orgulloso de nada que hice ni de la vida que he tenido. Una vida basada en la mentira, en crearme personajes que suplantaban mi forma de ser, mis miedos, mis debilidades, mis necesidades y mi vulnerabilidad. Por eso estoy solo, por eso merezco cada segundo cada hora de soledad que me golpea con una saña terrible. Y lo hace con gran eficacia pues ya sabe donde dar. Nos conocemos de toda la vida.
Si bien es cierto que me he ganado a pulso la condena que cumplo, es justo decir que la suerte tampoco me ha acompañado nunca. Cada vez que alguien era importante en mi vida, el destino o quien sabe el que, me separaba irremediablemente de ella. En ocasiones para siempre. La gente mas importante de mi vida se reparten entre Madrid, Zaragoza, Nueva York y ahora también León. Cierto que a algunas de estas personas la tengo aquí en ocasiones pero en este momento las necesito y no es posible que estén aquí. Mientras yo sigo atado a la cadena que me aprisiona y de la que no puedo librarme.
Se que vivo en sus corazones de la misma manera que ellas viven en el mío y que eso es lo importante, pero en días como hoy eso no me es suficiente. Quizá solo sea una reflexión echa desde la tristeza que me produce una nueva partida, la mas difícil para mi. Una tristeza mezclada con la alegría de que es bueno para ella, mi mejor amiga. Una mezcla de sentimientos curiosa pero entendible.
Una vida destinada a estar solo. Y el guión se cumple de manera escrupulosa. Tendrá que ser así. Es lo que merezco.
No estoy orgulloso de nada que hice ni de la vida que he tenido. Una vida basada en la mentira, en crearme personajes que suplantaban mi forma de ser, mis miedos, mis debilidades, mis necesidades y mi vulnerabilidad. Por eso estoy solo, por eso merezco cada segundo cada hora de soledad que me golpea con una saña terrible. Y lo hace con gran eficacia pues ya sabe donde dar. Nos conocemos de toda la vida.
Si bien es cierto que me he ganado a pulso la condena que cumplo, es justo decir que la suerte tampoco me ha acompañado nunca. Cada vez que alguien era importante en mi vida, el destino o quien sabe el que, me separaba irremediablemente de ella. En ocasiones para siempre. La gente mas importante de mi vida se reparten entre Madrid, Zaragoza, Nueva York y ahora también León. Cierto que a algunas de estas personas la tengo aquí en ocasiones pero en este momento las necesito y no es posible que estén aquí. Mientras yo sigo atado a la cadena que me aprisiona y de la que no puedo librarme.
Se que vivo en sus corazones de la misma manera que ellas viven en el mío y que eso es lo importante, pero en días como hoy eso no me es suficiente. Quizá solo sea una reflexión echa desde la tristeza que me produce una nueva partida, la mas difícil para mi. Una tristeza mezclada con la alegría de que es bueno para ella, mi mejor amiga. Una mezcla de sentimientos curiosa pero entendible.
Una vida destinada a estar solo. Y el guión se cumple de manera escrupulosa. Tendrá que ser así. Es lo que merezco.