viernes, 26 de marzo de 2010

A LA NINFA INCONSTANTE


“Nadie me ha enseñado a sonreír” escribías hace unos días. Y seguro que nunca te hizo falta que nadie te enseñara. Dices que eres inconstante e impredecible, eso te convierte en alguien nuevo a quien conocer cada día, luego en alguien interesante. La capacidad que tenemos para sorprender a la gente que nos rodea es la que hace que se ilusionen, diviertan, rían, sueñen, enfaden, enamoren…con nosotros. Vamos que vivan a nuestro lado.

Es difícil escribir a alguien sin saber nada de ella, sin embargo puedo imaginarte alegre, sonriente pero con un halo melancólico en tu mirada que a veces puedes llegar a disimular casi del todo pero que nunca desaparece. Te imagino contradictoria, segura de tus cualidades a la vez que llena de incertidumbres, alguien que puede reír en mitad de un mar de lágrimas derramadas por ti misma, valiente incluso rodeada de miedos. Casi podría asegurar que eres una persona a la que habrá días que no sea fácil estar a tu lado, pero que seguro que eres alguien de quien es imposible separarse.

Dices que te gustan los días de lluvia que se ven tras una ventana quizá con la mirada perdida buscando algo que no aparece, o pueda que busques a alguien, es posible que ni tú misma lo sepas en ese instante. Esos días, a mí particularmente me gusta pasear, sentir la lluvia resbalado sobre mí, fundirme en la melancolía de mi ciudad con la ventaja de que en los días de lluvia nadie puede distinguir mis lágrimas.

Me gustaría soñarte algún día pero entonces nunca querré despertar.

2 comentarios:

  1. me encanta tu entrada =)
    me describes bastante bien,soy un mundo de cotradicciones en los que yo muchas veces ni m soporto,pero soy asi n puedo hacer otra cosa =)

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  2. Nos pasa a todos, hay días en los que no nos podemos ni mirar al espejo.

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TRUCO DE MAGIA