miércoles, 28 de julio de 2010

Abismo


Saber que eres prescindible, que nadie te ha echado nunca de menos y que nadie te necesita es un lastre muy grande a la hora de seguir con tu vida. Quizá por eso cada día me cuesta más continuar en este fracaso que es desde siempre mi existencia. Y si lo hago es porque un día prometí que lo haría y hasta hoy siempre he cumplido mis promesas. De mi se puede decir muchas cosas malas pero nunca que no fui leal a mis amigos y que no cumplí con mi palabra. Es lo que me queda cuando me miro al espejo. Si no fura por eso habría acabado hace tiempo.

Solo he estado enamorado tres veces en mi vida y en ninguna de ellas he tenido ni siquiera la oportunidad de empezar algo con ellas. Lo más lejos fueron unos maravillosos segundos que son el mejor momento de mi vida. Pero si a tus mejores amigas les cuesta mucho darte un motivo por el que una chica saldría conmigo será por algo.

Pero no creíais quienes leáis esto, si es que alguien me lee que lo dudo, no han faltado mujeres en mi vida pero nunca pasaron le fachada que yo las enseñaba, en algunos caso incluso las creaba para ellas. Pero solo era eso, fachada, nada más. Cuando me he intentado abrir ha sido un fracaso total, ahora ni siquiera he tenido ocasión para intentarlo, ya se que yo no le gusto y no creo que la vuelva a ver y yo prefiero morir a seguir con una vida que no vale la pena.

Odio lo que veo al mirarme al espejo todos los días y últimamente no hago más que darme motivos para seguir odiándome, parece que solo busco formas de hacerme daño a mi mismo.

Estoy cayendo en mi propio abismo y no veo que tenga fondo…

martes, 22 de junio de 2010

Golpe de realidad


Por fin he encontrado la mejor manera de no volver a sufrir una desilusión… no volver a ilusionarme

miércoles, 16 de junio de 2010

Estrellas


Ese debía ser mi bautismo de fuego. Llevaba toda mi vida preparándome para ese momento, incluso llego a convertirse en una obsesión, pero el momento había llegado. Al fin.
Además el objetivo era importante, no tanto por su posición o por el beneficio que mis jefes, permítanme que no revele quienes eran, iban a obtener, sino por una cuestión de reputación.
Se trataba de una chica que había trabajado en uno de nuestros clubes y escapo hará unos cinco años embaucando a un idiota, estaba loco por ella. La orden fue tajante desde arriba, cogerles y matarles. Además debía hacerse público, lo quiere decir que los cuerpos debían aparecer. Así nadie volvería a intentarlo.
A él le cogimos apenas día y medio después cuando salía de su propia casa. Fue muy fácil teníamos su matrícula, y si tienen ustedes en cuenta que parte de nuestro negocio era localizar coches de lujo por si surgía una oferta saber donde encontrarles, imagínense lo que pudo costarnos. La verdad es que el pobre estaba destrozado cuando dimos con él, recuerdo que nos dijo que ya todo le daba igual, que ella se había ido y que ya no podíamos hacerle mas daño. Dejémoslo en que estaba muy equivocado.
A ella en cambio parecía que la tierra se le hubiera tragado, pues no hubo forma de encontrarla por más que movilizamos a toda nuestra gente, policía incluida, pero todo fue inútil.
Hasta hace unos días.

-Recuerdas a Irina la que escapo del "Venus"-me dijo mi capitán (así llamábamos a nuestros jefes directos).
-Si, claro- respondí.
-Toma, la hemos encontrado, esta es su dirección, ahora se hace llamar Anna. Te hemos conseguido un coche, le hemos cambiado las placas y el número de bastidor. Toma también esta pipa, esta limpia. Recuerda que debe ser público, deja a la chica en el coche con la pipa, no podrán encontrar nada. Recuerda, eso si, limpiar bien todas las huellas. Si lo haces bien tendrás estrellas. ¿Podrás hacerlo?
-Dalo por hecho, puedes confiar en mí.-dije muy seguro
-Mas te vale o serás tu quien ocupe su lugar-dijo mi capitán dándose la vuelta y saliendo de la habitación.

Estrellas. Llevar estrellas tatuadas en los hombros. Ser uno de ellos por derecho. No tener nunca más que bajar la cabeza ante nadie. En una palabra tener su respeto. Mi sueño desde niño, el objetivo de toda mi vida.
Llegue de madrugada a su casa y decide esperar, no había dormido en toda la noche pero me dio igual. Estrellas. Desde que mi capitán pronunciará aquellas palabras yo había entrado en un estado de excitación permanente, así que no había peligro de quedarme dormido.

Irina. Mientras conducía hacia su casa empecé a recordar algo de ella. Le había dicho a mi capitán que si la recordaba y no era del todo cierto. Claro que recordaba el asunto pero en cambio no recordaba bien como era al menos no en ese momento. Recordaba que era alta y muy rubia y estaba seguro de poder reconocerla pero no hubiera podido describirla, ustedes ya me entienden. Lo que si recordaba es que una vez estuve con ella; algo que por otro lado era habitual, los jefes las usaban para recompensar a la los hombres que lo merecíamos por algún trabajo, eso si no podíamos pegarlas ni marcarlas, pues si no no podrían trabajar. A mi eso era algo que no me importaba, no son esa clase de juegos los que me van, pero si a algunos de los chicos que llegaban a rehusar los servicios por no ser capaces de contenerse.

Amaneció pronto y empecé a impacientarme, tocaba la culata de la pistola, una beretta 9mm con silenciador y todo, para sentirme más seguro, mientras tarareaba las canciones que sonaban en la radio.

De pronto vi movimiento en la casa, el corazón empezó a latir con tanta fuerza que temí que pudiera salírseme, respire hondo varias veces y logre tranquilizarme un poco. Salí del coche y me fui acercando a la casa mientras no dejaba decirme "tranquilo, respira". La verdad es que no sabia muy bien como hacerlo, pero pensé que seria mejor actuar sobre la marcha.
-Sabia que algún día pasaría-me dijo ella nada mas abrir la puerta. Y les juro que lo dijo tan serena que me quede sin saber que hacer.
-¿Sabes quien soy?-pregunte mas que nada por decir algo, pues ya sabia la respuesta.
-Si me acuerdo de ti, siempre fuiste bueno conmigo-respondió.
Que huevos tiene, pensé. Se queda hay como si esto no fuera con ella y encima me dice que fui bueno con ella. Ya hay que tener huevos.
Saque la pistola y la encañone.-Entra en la casa-dije.
-¿No me vas a dar una oportunidad? Te prometo que esta vez desapareceré para siempre, nadie se enterara.
-Me temo que no es posible-la aclare-deben encontrar tu cuerpo.
-Entiendo, como hicisteis con Rafael.
-Si, algo así
-Solo que yo puedo darte algo que él no podía.-dijo casi susurrando.
-No juegues conmigo.
-No estoy jugando-contesto dejando caer su bata. -Ayúdame y seré tuya para siempre.
-Vístete-dije no muy convencido.
Entonces sonrió y fue una de esas sonrisas que solo las mujeres saben sacar, dios sabe de donde, y que son capaces de hacer enloquecer al hombre más templado. Una de esas sonrisas que un hombre jamás podría resistir.
Ella, por supuesto se dio cuenta y decidió jugar su última carta, se acerco tan lentamente que pensé que jamás llegaría, tiro de mi camisa hacia ella suavemente. En ese momento supe que ya nada volvería a ser fácil.
Hicimos el amor durante horas. Primero con prisas como si el mundo se estuviera acabando, después despacio sintiendo cada segundo como si durara mil años.

Al acabar me dijo que me fuera con ella que nos iríamos lejos, que jamás nos encontrarían, yo le dije que ya nunca podría separarme de ella, que podía conseguir documentación para los dos y que nos iríamos a Sudamérica.
Se durmió confiada pero yo era incapaz de hacerlo. No sabia muy bien que pasaba por mi cabeza en esos momentos lo único que sabia es que ya nada seria igual. En un momento todo dejo de tener sentido ya para mi. Hasta las prometidas estrellas perdieron fuerza en mi mente. Ya solo estaba ella. Sin embargo...
Me acerque a ella lentamente como hiciera ella hace solo unas horas, que ya parecían un mundo, respire hondo, cerré los ojos...
Un segundo después me había ganado mis estrellas.
Solo que ya no me importaban. Ya nada volvería a importarme nunca.

viernes, 11 de junio de 2010

ESTO ES AMOR


Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde y animoso;


no hallar fuera del bien centro y reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso;


huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor suave,

olvidar el provecho, amar el daño;


creer que un cielo en un infierno cabe,

dar la vida y el alma a un desengaño;

esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega.

sábado, 5 de junio de 2010

UN OBJETIVO, UNA ILUSIÓN... MI SUEÑO


Ya conozco el miedo, el miedo de verdad, el que oprime el pecho y te hace ver que todo puede acabar en breve. Creí que ya lo conocía, aquel bar, aquella pistola, aquellos ojos indiferentes… pero no era así, solo lo había atisbado, ahora lo he saboreado de verdad. Porque ahora sí tengo mucho que perder, ahora sí quiero vivir. No es que antes no quisiera solo que no me importara vivir o morir, lo único que no quería era morir por nada, puestos a irnos que sea por un motivo que valga la pena, el viejo orgullo del soldado que fui.

Un bultito del tamaño de un misero garbanzo en un lugar que no debía me lo ha enseñado. Un bulto de grasa que durante una semana tome por un pasaporte al infierno, motivos para el pesimismo tengo de sobra, me ha mostrado lo mucho que tengo, los abrazos, las miradas, el amor que los demás llaman simplemente cariño, la empatía, la paciencia y todo el apoyo recibido estos días oscuros, ya serian bastante motivo para seguir con fuerza y alegría, pero hay mas.


Esa sonrisa que me da un motivo para levantarme a diario, esos ojos cuyo recuerdo me alegra lo mas profundo de mi alma, esa promesa de felicidad que supone el hecho de haber conocido el amor y ponerle nombre hace que mi vida tenga sentido. Voy a luchar por mi sueño, es difícil pero es mi sueño y si no arriesgo por él no merezco vivirlo. Deseadme suerte quienes lo leáis.

Y a vosotras, ya sabéis quienes sois, las que me cuidasteis en mis peores días sufriendo por mí, ya sabéis que os quiero con toda mi alma.

GRACIAS.


sábado, 15 de mayo de 2010

LA VIDA QUE MEREZCO


La vida es ese camino por el que llevo 32 años arrastrándome. Hace poco alguien me pregunto que cambiaria de mi vida, no supe que responder, pero ya tengo respuesta. Ha decir verdad la pregunta debería ser al revés, en lugar de que cambiaria yo me preguntaría con que me quedaría. Y la verdad es que de todo lo que tengo en mi vida, de todo lo que hice, solo me quedo con unos pocos amigos. Y a la mayoría les tengo lejos.

No estoy orgulloso de nada que hice ni de la vida que he tenido. Una vida basada en la mentira, en crearme personajes que suplantaban mi forma de ser, mis miedos, mis debilidades, mis necesidades y mi vulnerabilidad. Por eso estoy solo, por eso merezco cada segundo cada hora de soledad que me golpea con una saña terrible. Y lo hace con gran eficacia pues ya sabe donde dar. Nos conocemos de toda la vida.

Si bien es cierto que me he ganado a pulso la condena que cumplo, es justo decir que la suerte tampoco me ha acompañado nunca. Cada vez que alguien era importante en mi vida, el destino o quien sabe el que, me separaba irremediablemente de ella. En ocasiones para siempre. La gente mas importante de mi vida se reparten entre Madrid, Zaragoza, Nueva York y ahora también León. Cierto que a algunas de estas personas la tengo aquí en ocasiones pero en este momento las necesito y no es posible que estén aquí. Mientras yo sigo atado a la cadena que me aprisiona y de la que no puedo librarme.

Se que vivo en sus corazones de la misma manera que ellas viven en el mío y que eso es lo importante, pero en días como hoy eso no me es suficiente. Quizá solo sea una reflexión echa desde la tristeza que me produce una nueva partida, la mas difícil para mi. Una tristeza mezclada con la alegría de que es bueno para ella, mi mejor amiga. Una mezcla de sentimientos curiosa pero entendible.

Una vida destinada a estar solo. Y el guión se cumple de manera escrupulosa. Tendrá que ser así. Es lo que merezco.

lunes, 5 de abril de 2010

DEMONIOS


No monto un caballo pálido, ni respondo al nombre de muerte. Pero sí, llevo el infierno conmigo. Mi propio infierno, con mis propios demonios. Y tienen nombre, todos. Cobardía, Fracaso, Tristeza, Dolor, Angustia, Mentira y el más fuerte de todos, Soledad.

Estoy en mi habitación, echado en mi cama, llegan los demonios. Me golpean, me rodean, se funden conmigo mientras sigo mirando la pared de la habitación.

Me arrastro fuera, llego al baño, veo mi imagen reflejada en el espejo, pero no soy yo, son ellos.

Tengo que huir, pienso en mi refugio mientras avanzo con pasos rápidos por la amplia avenida que llega a él. Mientras siento el gélido viento en mi rostro me invade una inexplicable alegría, los demonios no conocen el sitio.

Llego al lugar, me siento, cierro los ojos…no oigo nada. Un segundo más tarde escucho su voz, la recocería en cualquier sitio. Me ha hablado durante años, incluso rodeado de gente. Es Soledad.

-¿Creías que no te encontraría? Yo nací en tu corazón y en él vivo.

Le miro a sus ojos etéreos, incorpóreos, que sin embargo tantas veces he visto.

-Entonces debería arrancarme el corazón.

-Eso ya lo intentaste y no pudiste, yo te vencí.- Esta vez es Cobardía la que habla. Apoyo los codos en las rodillas, cierro los ojos y me tapo la cara con mis manos. Incluso aquí han llegado.

Cuando abro de nuevo los ojos estoy en mi habitación, la esperanza se apodera de mí. Lo he debido de soñar y aún estoy a tiempo de huir. Solo tengo que levantarme he irme. El desánimo me invade de una forma brutal, tengo la ropa puesta, no, no lo he soñado, ya he vuelto a mi habitación que no es sino mi propia celda. Empiezo a recordar el camino de vuelta de la mano de Tristeza, Dolor y Angustia guiándome con paso firme.

Vuelvo a cerrar los ojos y me veo a mi mismo cayendo por un abismo oscuro, caigo sin remisión, sin resistirme, a veces pongo las manos intentando detenerme, pero es imposible, me aferro a lo que encuentro pero los dedos llegan a romperse y no detienen mi caída. De repente mi cuerpo detiene su caída, he llegado al fondo, pienso. Pero solo es un saliente, me intento levantar y mi cuerpo inicia de nuevo su imparable viaje al fondo. Las risas de mis demonios me llegan tan claras que parece que caigan conmigo.

Vuelvo a abrir lo ojos y descubro que no soy yo quien cae, son mis ilusiones, mis esperanzas, mis objetivos, mis alegrías y mis sueños los que caen al abismo para nunca más salir.

Grito, grito con todas mis fuerzas y sin embargo no oigo nada, se que mis labios se mueven formando palabras que ya nunca sabre cuales eran. No me puedo levantar de la cama. Estoy en el feudo de Soledad y los demás demonios que son tan míos como mis órganos.

No monto un caballo pálido, ni respondo al nombre de muerte. Pero sí, llevo el infierno conmigo. Y ahora se que de ese infierno nunca saldré, pues yo soy mi propio infierno
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